Pasear con los pies descalzos por la hierba o estirarse en el campo para estar más en contacto con la tierra y la naturaleza no es un simple capricho. La evidencia científica ha demostrado que este contacto tiene una amplia gana de beneficios para nuestra salud física y mental. Mucho más de lo que podríamos sospechar.
El hecho de que nuestra sociedad haya optado por crear suelos artificiales y cubrirnos de ropa para aislarnos de la tierra ha puesto más en evidencia el cambio que se produce cuando nos volvemos a conectar con ella. Esta práctica, conocida como earthing o grounding, tiene poderes curativos. Los últimos estudios además han constatado que puede sernos de especial ayuda también para conseguir dormir mejor.
Pasear descalzos para un buen descanso
La explicación científica que hay de los beneficios de estar en contacto con el suelo tiene que ver con las corrientes de electrones que se producen. Como bien sabes si has llevado zapatos de suela de goma, puedes acabar cargándote de electricidad estática sobre todo si estás en una región húmeda, y que acabes teniendo un calambrazo cuando abres una puerta o das la mano a alguien.
Al caminar descalzo sobre la tierra, los electrones que están en circulando por el planeta se intercambian con los tuyos provocando unas reacciones a nivel de atómos. El resultado, según los defensores de esta práctica, es que se reduce la inflamación crónica, mejora el estado de ánimo y nos produce una relajación que beneficia nuestro sueño.
Según esta explicación, caminar por la arena o la hierba antes de acostarnos o dormir en el suelo podría aportar beneficios. Como no es cómodo o directamente poco recomendable si no es verano, unos científicos crearon colchonetas especiales hechas con materiales conductores que permiten el paso de los electrones sin tener que estar en contacto directo.
Como parece una estratagema de marketing para vender esterillas “conectadas” y sábanas que prometen beneficios similares, también se han hecho estudios científicos al respecto.
Qué dicen los estudios científicos
![caminar descalzo por la hierba](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 990 659"%3E%3C/svg%3E)
ISTOCK
Hay dos investigaciones que han dado pruebas de que esta conexión con la tierra puede ayudarnos a un mejor descanso. Son investigaciones pequeñas. Las dos con resultados muy prometedores.
En el primer estudio, por dos investigadores de Nueva York, se midió los niveles de cortisol, que es la hormona del estrés. El cortisol va conectado a nuestro reloj biológico: está más alto por la mañana, para mantenernos alerta, y baja cuando te vas a dormir.
Se pidió a los voluntarios que durmieran en uno de estos colchones especialmente creado para mantener la conexión con la tierra (se elaboraron de algodón mezclado con carbono o acero inoxidable).
Después de ocho semanas, los participantes explicaron que habían notado un mejor descanso y que los problemas de dolor o estrés que tenían antes del estudio habían disminuido o desaparecido del todo. Al hacerles un nuevo análisis de cortisol se vio que, efectivamente, los niveles eran más bajos que antes de la prueba.
En otro estudio se miró a pacientes de alzhéimer. No se les invitó a dormir sobre este tipo de colchón, aunque sí se pidió a la mitad de los pacientes que se estiraran media hora cinco veces por semana. Al cabo de doce semanas, los resultados mostraban que los pacientes que se habían estirado descansaban mejor que los otros: la duración del sueño era mayor, con menos despertares nocturnos y más facilidad para conciliar el sueño.
Qué otras ventajas tiene este contacto
El simple hecho de salir a conectarnos con la naturaleza es un factor significativo de salud. Hay estudios que han confirmado que los niños que están más en contacto con la naturaleza o que al menos tiene espacios verdes cerca de su casa tiene menos niveles de estrés y se concentran mejor en las tareas escolares.
El escuchar el sonido de las hojas en lugar del estrés del tráfico, y disfrutar de aire fresco es obvio que nos proporciona una sensación de paz y bienestar que redundará en nuestra salud. Por eso es conveniente hacer escapadas a los alrededores de las ciudades.
Otros estudios han indicado que el contacto de los pies con el suelo ayuda también a mejorar la circulación sanguínea y produce un alivio del dolor muscular.
¿Hasta qué punto estos efectos son fruto de la tranquilidad que da el campo y la naturaleza o el contacto directo del cuerpo con la tierra? Es un tema que suscita debate. No obstante, como se ha visto en los estudios del sueño, que se realizaron en zonas urbanas aunque en contacto con el suelo, parece evidente que sí hay una cierta evidencia de que el grounding influye en nuestro bienestar.