Hay alimentos que se tienen mala fama, por eso se excluyen en la mayoría de las dietas. La pasta, un manjar delicioso que gusta a casi todo el mundo, encabeza ese listado ya que uno de sus principales nutrientes son los hidratos de carbono. Estos se transforman en glucosa (aporta la energía que va rápidamente al cerebro y a los músculos). Sin embargo, si comemos mucha pasta, toda la glucosa que el cuerpo no puede gastar en ese momento se almacena en forma de grasa.
La pasta, con moderación
En definitiva, la pasta no engorda si la tomamos con moderación, aunque en más de una ocasión nos asalta la duda de por qué las italianas comen cada día pasta sin engordar. Las redes sociales nos muestran un estilo de vida muy alejado al nuestro, donde ese manjar forma parte de su día a día. Lejos de recurrir a prácticas poco saludables, las italianas tienen el truco infalible para que la pasta no engorde: se trata de un sencillo paso que tiene una gran repercusión en nuestro organismo.
En función de la salsa elegida, la cantidad que echemos, los extras que usemos (queso, bacon, carne, etc.) o de si le añadimos queso por encima, se puede triplicar el valor calórico de cualquier plato de pasta -además de añadir una gran cantidad de grasas saturadas-. Es por eso que a la hora de tomar este alimento, todo suma. Después de conocer la receta del bizcocho de zanahoria más fácil y ligera del mundo, llega el momento de apuntarnos el truco de las italianas para evitar que la pasta engorde.
El truco de las italianas para comer pasta sin engordar
El truco que llevan toda la vida poniendo en práctica para evitar que la pasta engorde se encuentra en su cocción. Es por eso que las itálicas siempre cocinan este alimento “al dente”. Es decir, blanda por fuera, pero ligeramente dura en su interior. ¿La razón por la que engorda menos? El sistema digestivo tarda más tiempo en digerirla y en asimilar sus carbohidratos.
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@alexandrapereira
Es por eso que la energía que nos da la pasta “al dente” está disponible durante más tiempo en nuestro organismo, mientras que en la pasta más cocida se convierte en una fuente de energía “de consumo rápido”. Aunque no existen evidencias científicas sólidas de esto, sí que se ha podido demostrar que la sensación de saciedad que produce la pasta “al dente” es mayor, moderando así el apetito y la ingesta de otros alimentos.
Pequeñas acciones para hacer que el plato de pasta sea más ligero
Después de saber que las salsas añaden más calorías al plato, hay pequeñas acciones que podemos llevar a cabo si lo que queremos es mantener el día nuestra dieta.
- Acompañar la pasta de verdura cruda o cocinada. Podemos optar por un plato caliente o en versión ensalada.
- Evitar acompañar el plato con pan. Rebañar pan en la salsa de un plato de pasta es muy apetecible pero representa un extra de calorías que la gran mayoría de personas (a excepción de los deportistas) no nos podemos permitir.
Las opciones de pasta más saludables
En busca de la opción más saludable, la pasta integral es la solución ya que se hace con harinas de cereales enteros menos refinados. De esta manera, logramos que el valor nutricional sea mayor. Aportando hierro y fósforo, este tipo de pasta contiene más fibra (es más saciante) y se digiere más despacio, haciendo que la absorción de los hidratos de carbono sea todavía más lenta.
@chiaraferragni
Cuanto más lenta sea la entrada de azúcar en las células, la probabilidad de que se transforme en grasa en el organismo es menor. La pasta es saludable, tan solo debemos saber cómo cocinarla y cómo acompañarla.